El secreto para hacer que los bancos compitan por financiar el circulante de tu empresa
Descubre las claves para acceder a la mejores condiciones de financiación.
Hola, soy Jacinto Castillo.
Esto es Prestar y Pedir Prestado una publicación sobre financiación corporativa y de real estate.
Si alguna vez un banco te ha ofrecido un límite de riesgo, sobre todo en límites de circulante, probablemente conozcas cómo funcionan. Pero lo que quizás no sabes es cómo se gestan estas preclasificaciones y, lo más importante, cómo puedes influir para que tu empresa sea atractiva para el sistema financiero.
Foto de Xavier von Erlach en Unsplash
¿Qué es una preclasificación bancaria?
Las preclasificaciones, o límites sombra, son estimaciones realizadas por algoritmos bancarios basados en parámetros cuantitativos y cualitativos. Su principal característica es que no son vinculantes, es decir, el banco puede modificarlos tras una evaluación detallada de tu compañía.
Los bancos suelen utilizar estos límites preclasificados en dos escenarios principales:
Captación de nuevos clientes: Actúan como una herramienta comercial diseñada para captar la atención de las compañías. El banco ofrece un límite inicial como "gancho" para concertar una reunión, en la que solicita documentación actualizada y con ella evalúa si desea financiar a la compañía, determinando los límites y las condiciones aplicables.
Ampliación de los límites de riesgo en su cartera actual: En este caso, los límites propuestos son más precisos, ya que el banco cuenta con información más precisa sobre el desempeño y las características financieras de la empresa.
No obstante, estos límites no son aplicables a todos los perfiles empresariales. Quedan excluidos los siguientes segmentos:
Micropymes: Empresas con volúmenes de negocio muy reducidos.
Corporates: Grandes compañías con facturaciones individuales o consolidadas superiores a €150M o €250M, dependiendo de la entidad financiera.
Promotores inmobiliarios y proyectos con financiación estructurada: Este tipo de operaciones requiere soluciones personalizadas.
¿Cómo afectan las preclasificaciones a tu negocio?
Pero, si caes en ciertas situaciones, podrías dejar de ser atractivo para las entidades financieras y que no aplique la preclasificación de límites de circulante.
Factores obvios:
Impagos en operaciones actuales.
Declaración de riesgos irregulares en CIRBE.
Rating crediticio bajo.
EBITDA o fondos propios negativos.
Ratio Deuda Financiera Neta sobre Ebitda elevados (cada banco tiene un límite, pero por poner un umbral a efectos didácticos, ratios superiores a 5x hacen que la compañía no sea apetecible para financiarla).
Factores menos evidentes (esto sólo aplica para preclasificaciones con tus bancos actuales)
Datos desactualizados que impiden la renovación de tu rating interno (los ratings caducan en un año).
Clasificación como NVE (Norma Vigilancia Especial o en Stage 2 en normativa bancaria, que significa que el banco considera que tu empresa tiene debilidades que requieren un seguimiento más cercano de tu evolución, pero aún no ha llegado a ser considerado un riesgo dudoso ).
Mientras que los factores obvios requieren medidas estructurales para corregirse, los menos evidentes pueden solucionarse con mayor agilidad actualizando información y hablando mucho con tu banco.
Cuales son las principales premisas para calcular esots límites
El banco utiliza principalmente el DSCR (Debt Service Coverage Ratio), que mide la capacidad de tu empresa para atender su deuda con los recursos generados.
Lo vemos más fácil con un ejemplo: Una empresa con un EBITDA de €1,2M y vencimientos de deuda anuales por €1M tendría un DSCR de 1,2x.
Cuanto mayor sea el DSCR, más confianza genera tu empresa para un banco.
Además, el sector económico juega un papel crucial.
No es lo mismo que tu compañía diseñe y fabrique las baterías que impulsan los coches eléctricos, siendo tus clientes los grandes fabricantes de automóviles, que producir tornillos para las reparaciones de esos coches, teniendo como clientes a pequeños talleres mecánicos.
Por último, para los bancos también es fundamental la concentración de riesgo con un cliente.
La concentración de riesgo se define como la exposición que la entidad financiera tiene frente a un único cliente o grupo empresarial relacionado. Este concepto mide cuánto capital están comprometidos con una sola contraparte, lo que puede generar vulnerabilidad en caso de impagos o deterioro de la situación financiera de ese cliente.
Por lo general, los bancos evitan concentrar más del 30% de la deuda total de una compañía en su propia cartera. Por ejemplo, si tu empresa tiene una deuda total registrada en la CIRBE de €900k, y de esa cantidad €100k corresponde al banco A, este banco A no estará dispuesto a aumentar su exposición más allá de €300k, que es el límite equivalente al 30% de la deuda total.
Conclusión: Sé estratégico para ser atractivo
Ser sexy para los bancos no es una cuestión de suerte, sino de estrategia y preparación. Para posicionarte como un cliente deseable y acceder a las mejores condiciones de financiación, es fundamental trabajar en varios frentes clave:
Mantén tu información financiera actualizada: Los bancos toman decisiones basadas en datos. Proporcionarles información reciente y precisa sobre el desempeño de tu empresa no solo facilita la evaluación, sino que también mejora tu percepción como un cliente confiable y organizado. Siempre publica tus cuentas anuales en el Registro Mercantil ya que los bancos nutren sus bases de datos con estos datos y ampliar tu pool de bancos con nuevas entidades casi nunca viene mal.
Evita impagos y mejora tu rating: Un historial impecable es tu mejor carta de presentación. Evita incumplimientos y gestiona proactivamente tus compromisos financieros para mantener un rating sólido. Recuerda que el rating no es eterno; asegúrate de cumplir lo indicado en el punto anterior para que los bancos puedan revisar tu rating en tiempo y forma.
Diseña una estrategia de financiación alineada con tu sector y objetivos: No se trata solo de acceder al dinero, sino de construir relaciones financieras sostenibles. Define qué tipos de financiación necesita tu empresa, diversifica tu pool bancario y trabaja con entidades que entiendan las particularidades de tu sector. Nunca tomes atajos. Siempre se pagan.
Entiende cómo piensan los bancos: Conocer los factores que determinan su apetito de riesgo, desde la rentabilidad de tu sector hasta la concentración de tu deuda, te permitirá anticiparte y negociar en mejores términos. Para ello, habla mucho con tu banco, y sobre todo escucha y pregunta, ellos te van a dar muchas veces las llaves de lo que buscan o lo que evitan.
En resumen, la clave está en adoptar un enfoque estratégico: planifica, comunica y gestiona tus relaciones financieras de forma proactiva. Un negocio atractivo para los bancos no solo accede a mejores condiciones, sino que se asegura de tener los recursos necesarios para crecer y prosperar. En el juego de la financiación, la preparación siempre será tu mejor ventaja.
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